Pienso en los tiempos que estamos transitando, con un abrumador desarrollo de las tecnologías pero con un desamparo en lo que nos compone como “Humanidad”. El mundo, cada día, al borde de una nueva guerra que se suma a las cientos de micro-guerras instaladas por el poder hegemónico de un Imperio que doblega por medio del horror, la muerte, el espionaje y la asfixia económica. Frente a naciones que desde hace más de 500 años pugnan por volver a tener la libertad de disponer de sus recursos, de su tierra, de sus costumbres el inhumano poder hegemónico descarga todo tipo de ataques, buscando el sometimiento y la anulación, la negación misma de la conditio humanitatis. Hasta los alimentos han pasado a ser geoestratégicos, la información se ha convertido en táctica y estrategia en este mundo en el que la confrontación ya no es entre ideales, credos o ideologías: ahora es el rico (cada día millones de veces más ricos) contra pobres que enfrentan el desafío diario de hacer más digna su existencia. Y surgen líderes, al estilo de Néstor, Lula, Hugo, Evo, Cristina, Rafael pero no alcanza, ¡no son suficientes! Un premio nobel de la paz para el primer presidente afroamericano de la Nación más genocida de la historia de la humanidad, sobre quien se depositaban las esperanzas de un cambio en cuanto al entendimiento y al respeto de los derechos humanos y que resultó ser tanto peor o igual que el Señor de color zanahoria. Estos tiempos, este primer cuarto del sigloXXI nos demuestra que la democracia es sólo una entelequia, ya que todas las instituciones están puestas al servicio del poder detrás del poder. ¿Cuánta más sangre va a costar poder equilibrar un poco la balanza? Argentina, primer país del mundo que dio la espalda a una estrategia de expoliación a través del FMI y sus secuaces (que al fin y al cabo sólo son instrumentos y no ejecutores) ha demostrado que se puede hacer un camino de dignidad y de desarrollo cuidando las fronteras; tanto territoriales como ideológicas en cuanto a los intereses nacionales. Pero la propaganda goebeliana resulta ser tan eficaz hoy como hace un siglo: estamos otra vez con una deuda impagable y el 60% de la pobreza y en un puñado de años nos volvieron a someter. Aún así sigue siendo castigada, la llaman "deudora pertinaz". Todo esto no pasaría si en cada Nación no hubiese grupos de poder (los ricos, los que amasan con su predominio la desesperanza de los que menos tienen) que no miden consecuencias con tal de mantener su primacía sin importar que se alíen al "enemigo" en detrimento de sus compatriotas. No todas las guerras implica un derramamiento de sangre, hay algunas mucho más perversas y con resultados más atroces, el Imperialismo cuenta con muchos recursos para sostener su predominio, la estrategia comunicacional es una de ellos y muy potente como herramienta de sujeción. Los militantes en el campo nacional y popular tenemos la convicción y la certeza de que en estos tiempos que corren de tecnología y deshumanización el único camino posible es el de sumar voluntades apoyando a la democracia, sosteniendo y acompañando siempre con el norte puesto en Democracia, justicia, memoria. El esfuerzo, la tolerancia, el derecho y la libertad son banderas irrenunciables. A los tibios, a los que dudan, a los que creen que oponerse a la voluntad de la mayoría del pueblo, a los que odian, a los fachos y fachas que buscan la anulación del otro, la recomendación es: Pensar, no olvidar, analizar, ser partícipes. Cuando un pueblo olvida su pasado tiende a cometer los mismos errores. El planeta está transitando por un dejá vu porque las nuevas generaciones desconocen el costo en vida que significó consolidar las Democracias en el Mundo. Jóvenes misóginos, violentos, individualistas, con un teléfono en mano en lugar de ideas en la cabeza están empujando a la historia hacia atrás. No podemos permitirlo, no debemos, porque el futuro de la Humanidad, del Planeta está en juego. Hay un río revuelto y muy pocos (poquísimos) pescadores con ganancia. Me parece absolutamente obsceno que un tipo (horrendo como persona) posea más de 200.000 millones de dólares (¡U$S 200.000.000.000!) y lo “normalicemos”. No… No deberíamos estar transitando por estos tiempos tan aciagos (que, salvo por la tecnología, en el fondo se parecen a los tiempos de la Inquisición: persecución, tortura y muerte). Mi deseo para este 2025 es que la Humanidad toda reaccione. Tal y como reaccionó Giselle Pelicot enfrentando su tragedia: “Que la vergüenza cambie de bando”. Que la Justicia sea un servicio. Que cada Nación sea respetada como una igual. ¡Que la Humanidad toda reaccione! Reaccione contra la desigualdad, contra las guerras, contra el hambre, contra la misoginia, contra el odio, contra todo tipo de injusticia que empuja a los seres humanos a la desesperanza y la anonimia. Es tarea de nosotros, los que tenemos ya un camino recorrido, mostrar, enseñar, ayudar a pensar a estos jóvenes “tan líquidos” (Baumann dixit). El amor debería ser, siempre, el arma más poderosa. La empatía debería ser, siempre, el puente para en entendimiento. Necesitamos volver a tener (y demostrar) los principios, las virtudes que tenemos los humanos porque si no detenemos esta caída como “personas” terminaremos siendo los animales que pueblan y destruyen al mundo. Que el 2025 sea menos mortífero, menos doloroso, menos salvaje que el 2024.Reflexiones
Abrazo a la que lee y mis deseos de logros y
felicidad colectivos.

Cuando echo la vista atrás, recuerdo las ilusiones que ponía en el futuro, creyendo y luchando porque fuera mucho mejor. Más igualitario, demócrata y amable, En ese pensamiento existía la ilusión de que se acabara la opresión, la desigualdad y que cada habitante de planeta, tuviera una vida digna. En esa utopía queríamos creer. Salíamos a la calle y dejábamos la voz en gritos de esperanza. Creíamos en ello, David contra Goliat.
ResponderEliminarAhora, somos conscientes de que nos gana siempre Goliat. Los intereses de unos pocos, dominan el planeta, la desigualdad, la indignidad de la vida y el miedo a que todo reviente, nos atenaza. La historia no nos he enseñado nada. Siguen las desigualdades, los genocidios, las guerras,. Tras todo ello, unos pocos dominan, somos meras marionetas a su merced.
Este año me sabía a poco desear una feliz despedida de año y entrada, Mi deseo va un poco más allá, aunque sé que también es una utopía. Porque no solo no acabarán las guerras, ni la indignidad de muchas vidas. Mi deseo ha sido, resistencia, porque aunque sea algo derrotista, necesitamos valor para seguir viviendo.
Gracias por tu escrito.
Pentimento
Resistencia. Hermosa palabra. Resistir y perseverar porque cuando todo se vuelva un desquicio habrá un puñado de seres humanos que aún creen en esa Utopía y su tarea será la de reconstruir... Primero el pensamiento crítico, luego la capacidad de decir, hacer, aglutinar, refundar. Yo soy una optimista irredenta: confío en que lo que nos compone como humanos ha de prevalecer. Te deseo de todo: lo mejor! Abrazo inmenso, querida amiga...
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