Palabras para un final. Los finales deben ser aleccionadores, no tristes. Agradecidos, no despechados. El cuadro es "Dánae" de Gustav Klimt (1907-1908) Abrazo a la que lee
Que no nos arrebate la dignidad el desamparo
BRINDIS
No me mires con esa tristeza en tus
ojos, ¿o es culpa? Porque no hay culpables ni inocentes, fuimos y dejamos de
ser porque es el latido de vida el que se va fagocitando el hoy y borroneando
un mañana. Llevamos mucho tiempo compartiendo vida, muchos años de transitar
caminos, a veces sin mapa ni brújula con la certeza de que juntas lo lograríamos.
Vos y yo lo sabemos. Sabemos que ofrecimos lo que no teníamos, lo que nos inventábamos,
lo que la esperanza, tuya y mía, ponía como factible, aún y a pesar de la
lucidez (mía) y la fugacidad (tuya) desandamos nuestros meandros en el alma y
hemos llegado hasta aquí. No estemos tristes, que no nos arrebate la dignidad
el desamparo. ¡Hubo tanto! Amaneceres en que fuimos cómplices, noches en las
que las discusiones terminaban en cópula de reencuentro, entrega mutua,
generosa, insondable, en un tiempo y un espacio que nos pertenecía a pesar de
tanto, a pesar de todo. No me mires así, ha sido un desafío y también una trampa.
Dos mundos, dos anhelos, dos necesidades, dos carencias distintas. ¿Cuántas
veces nos dijimos que era imposible? Y seguíamos poniendo el cuerpo, las
ansias, el deseo. Con la sangre arañada por las promesas incumplidas y las
palabras crujientes en los silencios y las tardanzas. Y se fue desgajando la
ternura, deshojando la necesidad, difuminando la alegría, astillando lo
apacible. No estemos tristes. Lo triste no es el desamor, o el no amor, la
verdadera tristeza es la masacre que hace la mentira con el amor. Enemiga furtiva
y letal. Lo triste es que su victoria es la derrota para lo que tenemos de
humanidad. Nos hacemos salvajes, rabiosas, descargar lo que nos frustra en la otra
sin importar lo vivido, lo sentido, lo compartido. Lastimar no es amar. Y
contra eso no hay quien pueda. ¿Cómo se restaura la pertenencia? ¿Cómo se
reconstruye el lazo? ¿Con qué herramientas reconstruimos lo que ha
implosionado? Lo verdaderamente doloroso es aceptarlo y prepararse para la
próxima batalla, aun sabiendo de antemano que también será perdida. Es así… En
estos tiempos modernos de amores líquidos y dinero plástico el amor es el
cordero que lleva la obsidiana de su propio sacrificio, herida y lanza en un mismo
acto, y el resultado es la carne que alimenta la bacanal. Se repetirán los
ritos porque no dejamos de Ser, podemos cambiar algo, sí, pero para que, en lo
profundo, nada cambie porque somos animales de costumbres, somos esencialidades
individuales, somos en nosotras mismas lo que no podemos ser en otros. Sí te
digo: te amé. Te deseé. Te anhelé cuando mis obligaciones me alejaban de tu
lado. Me amaste, de eso no me queda duda. Fuimos la una en la otra, amazonas de
un amor parido entre los escombros que va sembrando la vida, tanto vos como yo,
con la misma desesperación que atrae lo que se
prohíbe. Brindo por eso, brindo
porque nos tuvimos, porque nos atrevimos, porque fuimos simiente donada con
generosidad, jugos y juegos, palabras y silencios y en muchos momentos la felicidad fue danza. Vos
y yo lo sabemos, tan claramente, como que esta copa generosa de vino, no borra
la verdad, ni apaga la memoria, sólo pone una pátina piadosa de semi inconsciencia,
y nada más. Tomemos este, el último trago, que ya cerrarán el bar, es tarde.
Tan tarde que nos hemos perdido.

Bonita despedida para lo que fue y no pudo permanecer. El respeto por lo vivido con la tristeza del final. pero sin amargura que lo enturbie.
ResponderEliminarPentimento
Exactamente, Pentimento. Cada persona que llega va completando el Ser. Gracias por tu atención. Te abrazo
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