Y a veces nos pasa que ponemos energía en superar lo que no se puede. La pintura es de Tamara Lempicka: "Perspective" 1923 Abrazo a la que lee. 

Nunca sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es la única opción que te queda – Bob Marley

                                                         Hielo y fuego

Me obligo a resistir, a no entregarme. Pero el gesto frío, formal, medido; habla más que tu mirada. Los deberes a cumplir son los asesinos de los sueños, las ansias, los encuentros más profundos. Vendrán otros momentos, otros rostros, otras palabras. Y tú ajena, con la ajenidad del silencio, de la ausencia, de la negación y el deber cumplido.  La estrella danza junto al arcoiris, vivencia del juego de dar sin darse, mostrando apenas un brillo de colores. ¿Bajo qué cerradura guardar la impostura? Bajo la cerradura del olvido, única que permite sacudirse la no-verdad, tender un manto piadoso y dejar que todo regrese a su estado natural. Divididas las palabras, sólo resta el silencio de la mano de la espera. Pero...la estrella danza junto al arco iris, sólo eso quedó como certeza...lo demás una anécdota de incipiente primavera. Tu nombre es la letanía nocturna, en la espera de un nuevo día. Tu no estar cubre todo de una pátina gris; hasta los cipreses susurran que tu lejanía es sin retorno. Fueron mariposas en el compás nocturno. Caricias furtivas, risas y tacto. Tratando de negar la muerte de las sensaciones regaladas por los fantasmas del pasado. Herida que marca, latido cansino, ausencia de la paz y la esperanza. Cansino tu andar, cansina mi mirada.

Y el dilema que abre una hondonada imposible de cruzar. No por absurdo el dilema cumple su cometido. Nada. A pesar de tanta luna, tanta brisa, tanto encuentro hoy reina la tristeza. Entonces queda la sangrienta nada, sangrar los deseos negados, sangría de dolores que nos abarcan. A veces intento la risa, a veces intento la mirada, a veces me invento la palabra que te devuelva a esta casa, convertida en una silenciosa abadía, en donde soy la única habitante en la que tú  eres todos los fantasmas en uno: tú misma. ¡Mujer, mujer! Has dejado el fuego que hiela, el frío que quema. A veces, sólo a veces, creo que debo abrir las ventanas para que descubras las puertas. Pero el espejo me dice, eres tú, no más ella... me miro en él, acomodo mi cabello mientras me estremeces con tu ausencia donada como herida, daga, carne, fibra, esencia... 

Hemos sembrado la tristeza
En un umbroso huerto
Ilusión que fue, ¿recuerdas?
Camino, lejos queda tu puerta
La magia no es refugio ni es regreso.
En nuestra casa se secó la huerta
Encanto que yace anulado, muerto
Esfuerzo titánico el que ejerzo:
Sacudir la anestesia
De la sangre y los huesos

Han pasado los meses, la primavera transcurrió en invierno, ahora los villancicos resuenan en los centros comerciales, todo está a la venta, todo es brillo que reluce. Todo es ilusión y esperanza. Te he guardado en lo más profundo, en lo más recóndito de mi ser, hago como que te he olvidado. Es Diciembre, el mes más necio, el que nos pinta una vida ideal,  y nos muestra una nobleza vacua. Me pierdo en la muchedumbre. Aprendo.