Audere est facere 
 El miedo paraliza 
   El desafío engrandece 
                                                         Lo prohibido no es una trampa
El amor es el que dignifica 
Praedestinari

Caminaba, haciendo vida...pensando cuál sería la Verdad, cómo sería la Felicidad, cual sería el nombre de esa mujer soñada, ansiada, casi inasequible en una realidad ajena y triturante, en un mundo cotidianamente rutinario. 
Más de una vez, me sentí perdida, sin mapa, sin la brújula que señalara el rumbo, la idea, la certeza, el sentido. Tránsito de días grises, lineales y de noches circulares, mujer funcional, horarios, responsabilidades, deberes, decisiones. Y en un hecho fortuito, casual, inesperado el destino la pone en mis brazos, me deposita en su pecho, mancomunión de esencialidades; ajena a los miedos. Entrega y confianza, encuentro y deseo. Estaba Escrito. Ahora sé cuál es el nombre, (mágico, hechizo y realidad) Ahora me aproximo, poco a poco a la verdad que conlleva a descubrirse. Estaba escrito... Y el camino ya no es en solitario. Sepa que puedo llegar a amarla, tanto, tanto que ya no me reconozca...porque es Usted la que está, la que reina en mi sensibilidad de mujer. Usted es el amor de la mano de la esperanza, es la alegría de la mano del entendimiento. Usted es la sencillez de un gesto, de una mirada, de una caricia, sencillez que abarca al cosmos individual, pero de latido compartido. Hay bondad, muchísima bondad en sus manos donadas como el alfarero con su obra mejor. Soy la argamasa que Usted modela, poniendo forma y movimiento. Y yo, cual derviche, le regalo mi danza como ejercicio de devoción, en un viaje mítico desde el alma hacia la verdad. Usted, entiéndalo, sólo Usted trae la ilusión de alboradas nuevas, de noches transitadas desde el abrazo y la complicidad. Amor, es Usted, y nadie más que Usted, quien establece el vuelo que por momentos es de águilas y en otros de palomas. Y el cielo es infinito. Su boca se ha convertido en el barco perfecto para navegar entre las cálidas aguas de un amor que no conoce de naufragios, ni tampoco de marejadas que lo arrastren hacia la orilla de lo vulgar. Posee Usted las dotes de un felino: potencia, andar mesurado, fauces que me atraen hacia su interior, fuerza que es a la vez ternura y bestialidad. La profecía ha de ser cumplida, una vestal y la mujer-monarca que la reinase. Usted, mi monarca, mi dueña omnipotente, omnipresente, poderosa ante ésta, su vasalla. Usted acalla mis miedos, puede donar o quitar karmas y me ofrenda la obsidiana que purifica amorosamente y que dispone del acto, estableciendo el rito. Camino, Usted es quien dibuja el mapa de mi derrotero. 
Digo entregarme mansa, pero ¡Usted sabe que no es cierto! Lo cierto es que Usted me transforma en esa hembra rediviva que en el amor es un descarrilar de sensaciones, de lo prohibido hecho danza, de lo negado hecho himno. Y Usted que ríe, que disfruta de esa maraña de piel, boca, cabello que cubre, juega, cosquillea en su espalda. Usted, que contempla su obra cuando yazgo inerme, y me pasa su saliva para acabar con la sequedad de mi boca, luego de tanto galope y trote, desandando la noche hacia el alba. Digo entregarme mansa, y su risa suena a cascabeles, sonora y límpida. La miro, la contemplo ¡Y me reconozco hembra feral que a su capricho se ofrece!


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog