Cuando la nostalgia se hace carne y los grises giran. La pintura es "El Nacimiento de Venus" Sandro Botticelli, 1485, (detalle). Abrazo a la que lee

"Él sana a los quebrantados del corazón y sana sus heridas"

Salmos 147:3  

Giros en gris

Por mis latidos grises
me gobierna tu ausencia
Entre cuatro paredes blancas
los recuerdos se revelan
Anulo la trampa, apuro el vidrio
Líquido ámbar para la nostalgia
y un golpe de sangre
diluye la razón y los huesos
Muerdo con dolor mis gritos
Quiebro los malditos miedos
Y entre algunos sones
mastico mis ritos
(tus manos desandan mi piel)
A veces, un viento helado
fatiga razón, certezas, sienes
y atenaza lo vital entre mis dedos.
Vacuidad de mis  mitos
En la playa las olas murmuran que vienes
y el mar susurra, muy quedo, me voy...
A pesar de tanta oración y credo
con las palmas juntas y elevadas
Dios me abraza junto al hijo
Me muestra los clavos
me provee del martillo
y me tiende la lanza

Acción y herida de un final
para culminar lo establecido
Entonces es tu nombre
el que me rescata y me salva
Son tus manos, ojos, piel y labios
lo que amorosamente elijo
Pintar al monte y su olivo
Esculpir a puro beso un Cristo
que se entregue, cordero manso,
por los amores intensos y prohibidos
Ya que, si hay algún pecado,
es el de negar lo vivido, lo sentido.
A veces la ausencia
dibuja un breve remanso
de paseo hecho copa, árbol y nido
Entonces mi lengua y mis labios
vuelan en busca de tu líquido
 
Las calles son grises
Camino a desgano
Rezo, me calmo, me tranquilizo
Elevo mi ser hacia tus lindes
mientras el todo es un salmo
entre tus dedos y mis gemidos.
Los espejos están ausentes
Las imágenes son tus sonidos
Tus ojos laceran mi carne
mientras desando mis latidos.
Entre dudas y certezas
salgo a cumplir el destino
Gracias, Dios Padre,
por el perdón
por la gracia,
por ella, sus ojos, el paraíso...